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Vista aérea de Benferri

Benferri es un pueblo tranquilo, de plaza arbolada y con fuente, que anima a caminar entre silencios y macetas colgadas de los balcones. Tiene Ayuntamiento nuevo, polideportivo, frontón, amplias escuelas, parque infantil, glorietas y frondosos paseos que conducen a lugares de conversación y agua fresca. Desde cualquier lugar se observa el campanario de San Jerónimo, decorada con vidrieras y con el escudo de los Rocamora labrado en la fachada.

La historia de Benferri se remonta al tiempo de las guerras púnicas entre cartagineses y romanos, cuando aún no había nada edificado. Ya en tiempos de la conquista musulmana, el campo de la Matanza (pedanía de Orihuela), lugar próximo al lugar donde se sitúa hoy el pueblo, fue escenario de una batalla entre el noble visigodo Teodomiro y los musulmanes. Éstos últimos, frenados en su avance, produjeron en el año 713 una capitulación honrosa para Teodomiro, por la cual mantenía la autonomía de su territorio a cambio de un tributo, durando éste desde la Hispania gótica hasta el siglo IX.

En el año 768 los musulmanes se apoderaban de Orihuela y su comarca, que poblaron y explotaron durante 474 años. Con la conquista de la región llegaron los avances tecnológicos árabes, con sus muros de contención, norias, presas, acequias ... El terreno cultivado se extendió y mejoró, permitiendo así, que de las barracas y alquerías que poblaban la zona, surgieran los pueblos de Redován, Cox, Almoradí y Benferri. Es por tanto, uno de los pueblos que se originaron en la península tras la llegada de la morería, por lo que su nombre es árabe. Benferri o Beniferri, Partida de Ferri, términos indicativos en esa lengua de que la posesión de la tierra estaba, en el momento de la fundación del pueblo, en manos del líder de las partidas que se asentaron en esa tierra: la partícula "Ben" es el título que se le daba al líder en cuestión, al señor.

Durante este tiempo, Benferri era poco más que una torre, pero la tierra circundante estaba bien cultivada de viñas y olivares. Cuando el frente de la Reconquista llegó a tierras alicantinas, la comarca fue atacada numerosas veces, ya que el primer pueblo después de pasar el campo de La Matanza era Benferri.

La Reconquista llegó a las tierras de la comarca oriolana en 1242, de la mano del rey castellano Fernando III el Santo. Tras el tratado de Almizra, entre las coronas castellana y aragonesa, Orihuela y sus tierras aledañas pasaron a ser propiedad de los Reyes de Aragón. Desde entonces, Benferri estuvo relacionado con la familia Rocamora, uno de los principales apellidos que se establecieron en la zona. Tras acompañar a Jaime I de Aragón en su campaña valenciana, en recompensa por los servicios prestados en la guerra, les cede estas tierras.

En 1348 fue síndico de Orihuela en las Cortes Valencianas Jaime Rocamora y Rocamora, primer señor de Benferri y La Granja. Fue en 1464 cuando Juan Rocamora compró la heredad y torre de Rocamora, siendo ésta la que constituirá el núcleo del futuro vínculo y señorío. En 1494 el señorío constaba todavía de una torre, pero Jaime Rocamora la comenzó a poblar haciendo casas y atrayendo a las familias, labor que continuó su hijo, Jerónimo de Rocamora. Necesitó 15 casas en el pueblo, lo cual consiguió sobradamente, gracias a la gran fortuna que había amasado con sus actividades financieras, poblando el lugar con 29 familias.

En estas fechas el Consejo ordenó la limpieza de la Balsa de Benferri, un embalse árabe del que no quedan restos. En 1622 se erigió la nueva parroquia del lugar, dedicada a San Jerónimo. A causa de la gran peste que asoló la región en 1648, se genera un estancamiento demográfico y un retroceso en el área cultivada. Aún así las roturaciones en Benferri y en La Matanza no llegaron a paralizarse.

El descenso demográfico queda claramente manifestado en los datos estadísticos disponibles, según los cuales en 1712 la población era de 22 habitantes, pero en breve se repobló la zona, ya que en 1769 aumentó a 544 vecinos.

A finales del siglo XVII los jesuitas toman posesión de algunas tierras del pueblo, al heredar de Doña María Valenzuela, Marquesa de El Rafal, su residencia en Orihuela, una heredad de huerta y otras dos fincas en el campo de Salinas, todo ello a condición de que la orden abriese una casa-colegio en la ciudad. Los jesuitas aceptaron y tomaron posesión de sus nuevas tierras el 21 de mayo de 1695.

Durante el siglo XVIII cabe destacar el contencioso que mantuvieron los jesuitas con la familia Rocamora por las rentas que producían esas fincas, y la concesión, por parte del obispado oriolano, del párroco y sacristán a esta localidad.

En cuanto al siglo XIX merecen mención dos acontecimientos: el encuentro en 1837, durante la primera Guerra Carlista, sin llegar a enfrentarse, de los carlistas, al mando de Forcadell, e isabelinos, a las órdenes del coronel Hidalgo. Y por otro lado, el terremoto que casi destruyó la ciudad de Orihuela y que no afectó a Benferri.