Moros y Cristianos Vega Baja

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Historia de la Feria y Fiestas de Almoradí

Almoradí ostenta el título de "villa" desde el 5 de octubre de 1583, fecha en que Felipe I de Valencia y II de Castilla le otorgó dicha mención. En esta época alcanzó la población vida propia, por haber sido segregada del municipio de Orihuela. Antiguamente el nombre de la villa era Almoradín, que según Escolano, es una palabra árabe que significa "mi voluntad y mi deseo".

A la hora de hablar del origen y evolución de la Feria y Fiestas de Almoradí, es evidente que hay que comenzar por Los Santos de la Piedra que es la fiesta más antigua de la localidad que se conoce documentalmente. A pesar de ser San Andrés el patrón de la villa, los festejos más importantes se han hecho siempre coincidiendo con el día de estos santos. La razón puede estar en que al ser éste un pueblo eminentemente agrícola, estas jornadas permitían la asistencia a los festejos de empresarios y trabajadores agrarios por ser una época de tregua y sosiego en estas tareas.

Posteriormente se incorporó la Feria de Ganado, de la que existen datos desde finales del pasado siglo hasta los años setenta que dejó de celebrarse. Llegó a tener proyección regional, sobre todo en vacuno y junto con Lorca en la provincia de Murcia, fueron los dos centros de contratación de este ganado más importantes de todo el suereste español.

Aunque las Fiestas de Moros y Cristianos comienzan en Almoradí en 1971, no se integran en la Feria hasta 1979 y han continuado dando realce a estos festejos hasta nuestros días.

La fiesta más grande en Almoradí es la feria, dedicada a Los Santos Abdón y Senén, mas conocidos por estos pagos como los santicos de la piedra. Y es que si cae granizo, se pierden las cosechas. Se celebran el día 26 de julio y duran una semana. Además, se celebran en las mismas fechas las fiestas de moros y cristianos con sus desfiles multicolor y sus kábilas y cuartelillos donde siempre hay lugar para todo el que desee pasar un buen rato.

LOS SANTOS DE LA PIEDRA

La fiesta más antigua es la dedicada a "los Santos de la Piedra", san Abdón y san Senén. Estos santos pertenecían a nobles familias persas de religión critiana. Fueron acusados ante el emperador romano de haber socorrido a mártires, y de haber enterrado sus santos restos. Se les apremió a que renegaran de Cristo, se les recordó la nobleza de su cuna, pero respondieron que su mayor título de nobleza era ser servidores de Dios. El Prefecto Valeriano les condenó a la diversión del Anfiteatro, siendo desgarrados a latigados y expuestos a que les devorasen las fieras, pero estas bestias feroces se echaron a sus pies y les lamieron sus heridas. Finalmente, el emperador los hizo decapitar, en Roma, hacia el año 250.

LOS MOROS Y CRISTIANOS

Fue por el año 1979 cuando dos Comparsas, una de Moros «Moros Almoradí» y otra de Cristianos, «Caballeros del Cid», comenzaron su andadura desfilando en la Feria y Fiestas que se celebran a finales del mes de julio.

Posteriormente se constituye la «Asociación Festera San Andrés» que aglutina todas las Comparsas. Esta Asociación ha procurado que predominasen en todas sus acciones, las tres condiciones que caracterizan a estos festejos populares, como son el espíritu religioso, el sentido histórico-tradicional y el motivo popular.

El espíritu religioso intrínseco en el nacimiento de todas las fiestas y que en Almoradí se observa perfectamente conociendo su historia y tradición, donde en la Reconquista se relata la aparición de las Aspas de San Andrés -símbolo de su martirio- por encima del campamento cristiano el día que precedió al dominio de la plaza, que precisamente fue el 30 de noviembre, día del Apóstol.

El sentido histórico-tradicional de estas celebraciones sería otra condición a destacar, representado por el aspecto guerrero de las luchas, arcabucería, embajadas, etc., así como la pérdida y recuperación de un castillo que simboliza la población; así como la ampulosidad de los dos Parlamentos de los cuales son autores los señores Galant y Díaz y que se representan alternativamente cada año.

Y por último, el motivo popular con la fuerte proyección social que esto conlleva, al movilizar al pueblo a tomar parte en todos los actos, tanto si forman parte de las Comparsas, como si son meros espectadores ya que unos y otros componen el espectáculo variopinto de estos festejos.