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Historia

Pilar de la Horadada

De la predilección de la Humanidad por estas tierras ha quedado muestra en los diversos hallazgos de artefactos y estructuras íberas, romanas y árabes. Los orígenes de la población hay que buscarlos en una mansió o lugar de parada. Los romanos la denominaban Thiar, un enclave en la Via Augusta entre las ciudades de IIlici (Elche) y Carthago Nova (Cartagena). De hecho, está constatado cómo de la cantera romana de Pilar de la Horadada se extraía piedra, que probablemente sirvió para pavimentar la Vía. Anexa a esa arteria de comunicación, hay que mencionar en la zona de Pilar de la Horadada la construcción por parte de los romanos de aljibes y diversas estructuras que servían para el descanso de los viajeros. La necesidad de dar de beber a las tropas y viajeros, y por supuesto al ganado creó una serie de infraestructuras que fueron conservadas por los árabes, y posteriormente en época medieval hasta llegar casi hasta nuestros días. Ejemplos, tenemos varios, como los del aljibe “La Conqueta”, “La Verea”, “Lo Montanero”  o “Lo Romero”, que se fechan entre los siglos XVIII y XX.

Estas permitían el aporte de agua a los pastores y a sus ganados, que utilizaron cada vez con más frecuencia las vías y veredas en las que se ubican o próximas a ellas. El momento de la transición entre la época visigoda y la llegada de los árabes, está dominada por la figura de Teodomiro de Oriola. Este noble visigodo, integrante de la guardia del rey Egica, recibió como pago de sus servicios una serie de tierras cercanas a los alrededores de Elche, instalándose allí. Tras la conquista árabe, Teodomiro pactó con Abd Al Aziz Ibn Musa. En Pilar de la Horadada, está demostrada la presencia árabe tanto por los vestigios arqueológicos como por el gran número de topónimos que se han perpetuado en su uso hasta nuestros días. También habría que destacar que durante la dominación árabe, Pilar de la Horadada tuvo un marcado carácter agrícola.

Será tras la Reconquista, cuando lleguen otra vez los conflictos fronterizos. Durante los reinados de Fernando III de Castilla y Jaime I de Aragón, surgen conflictos fronterizos que se calmarían con la firma del Tratado de Almizra en 1244 entre Jaime I y su yerno, el futuro Alfonso X. Este tratado, firmado entre las coronas de Aragón y Castilla, fijaría los límites del Reino de Valencia. Con este tratado, se establecen también los límites del Reino de Murcia, que conformarían lo que en la actualidad es el límite del Término Municipal de Pilar de la Horadada con San Pedro del Pinatar. Esta rivalidad fronteriza, se ha mantenido en cierta forma hasta nuestros días con las disputas entre San Pedro del Pinatar y Pilar de la Horadada, zanjada por el Instituto Geográfico Nacional.

Tras la muerte sin descendencia de Carlos II, el último monarca español de la Casa de los Austria, llegamos a la Guerra de Sucesión, mantenida entre los partidarios del archiduque austriaco  Carlos  y de Felipe de Anjou, luego Felipe v y descendiente de los Borbón franceses. Casi toda Cataluña y Valencia con unas pocas excepciones como Játiva proclamaron su fidelidad al pretendiente austriaco. En 1707, meses después de la Batalla de Almansa, se proclamarán los Decretos de Nueva Planta que van a abolir los fueros de Valencia y Aragón, reduciendo sus leyes a las de Castilla.  Andando el tiempo, en 1750 la población del Campo de la Horadada ya es importante, sumando unas 300 personas que vivían en su mayoría en caseríos dispersos pero en torno a un pequeño oratorio conocido como Capilla del Sagrado Corazón. Dos años después, el Obispo Gómez de Terán decide erigir en pleno campo la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar y Sagrado Corazón. En 1758, esta iglesia parroquial poseía en propiedad las tierras situadas a su frente y a su espalda y que hoy constituyen la plaza en la que se encuentra la iglesia.

Hay que mencionar también en estos años en los que ya es sólo un mal recuerdo, la piratería berberisca y sus efectos en el interior. Hacía unos años que se había llegado aun pacto para su eliminación y sólo quedaba como un mal recuerdo la red de torres costeras que se alzaron para avisar de la presencia de piratas y que se comunicaban entre sí mediante señales luminosas, como las fogatas. Algunas, con el tiempo serían desmanteladas, aunquen otras tuvieron más suerte y sólo cambiaron de dueño y de uso. Es el caso de la torre vigía de la Horadada, que fue construida en época de Felipe II y que termina en 1905 siendo palacio de los Condes de Roche.

Para encontrar un período de auge económico interesante, fue a principios del S. XIX. E ese momento, el Campo de la Horadada presentó un periodo de auge económico. El medio dinamizador, fue el Decreto Desamortizador de 11 de octubre 1835, conocido como Mendizábal, por el cual todas las tierras y edificios que poseía la Iglesia, pasaron al Estado, estando entre ellas la finca de la Dehesa de San Ginés, también conocida como Matamoros en Campoamor. Esta finca, estaba en posesión de la Iglesia desde 1350, habiéndose creado en ese año la cofradía y la ermita para el culto del Santo. Antes hubo otro intento de intervención de esa finca, como el de 1822, con el bienio constitucional. Durante este tiempo, el Estado intervino la finca y vendió dos tercios de ella a D. Guillermo Maclure, suegro del Poeta D. Ramón de Campoamor, restituyéndosele a los Padres Mercedarios con la extinción del bienio. Es en 1835, con la llegada del mencionado decreto desamortizador cuando esta finca volvió a poder del señor Maclure.

Hacia 1929, se crea en Pilar de la Horadada la Sociedad Agrícola Instructiva, manteniéndose hasta 1935 viva. Poco después, en julio de 1936, estallará la Guerra Civil, y Pilar de la Horadada se encontró en zona republicana. Será en agosto de ese mismo año cuando se asista a la fusión de los sindicatos CNT y UGT. En estos años, aparecerán diversos boletines, siendo el primero y más famoso el Boletín informativo El Barracón, fundado en Lo Monte, donde además de intervenir civiles de Pilar de la Horadada, intervinieron militares.

Tras la Guerra Civil y las consiguientes sustituciones de los cargos políticos, asistimos a un período de tranquilo crecimiento en el que destacan las obras del Trasvase Tajo-Segura, cuyo canal circunvala el núcleo poblacional permitiendo ampliar la zona de regadío y ampliar la zona agrícola intensiva y el crecimiento urbanístico desde los años 70, que posibilitarán que el 30 de julio de 1986, tras varios años de espera, fructificasen las gestiones de la Comisión Pro-Ayuntamiento y Pilar de la Horadada dejase de ser una pedanía de Orihuela, segregándose así al conseguir su propio Ayuntamiento.