En un buen fuego con aceite, introducir el molde en caldero o sartén honda. Mientras, en un cuenco batir muy bien harina y huevos cuidando que no queden grumos.
Sacar el molde, escurrirle el aceite, ponerlo en la masa obtenida y llevarlo enseguida al aceite.
Sacudir el molde y dejar que la flor formada termine de hacerse. Dar la vuelta a fin de que dore por ambos lados.
Repetir la operación.
Apartar las flores en una bandeja con papel absorbente para que suelten el aceite.
Una vez hechas las flores, preparar un hidromiel con 5 cucharadas grandes de miel y unas 8 ó 10 veces su volumen de agua, en recipiente holgado. Llevar a ebullición.
Con la rasera meter las flores en el hidromiel hasta que empapen.
Colocarlas al frío, antes reservar hidromiel para ponerlo por encima de las flores en el momento de servirlas.