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Pequeño herbolario doméstico
Hace miles de años que el hombre aprendió a usar en su
beneficio las propiedades medicinales de las plantas.
Desde
el punto de vista gastronómico (que es el que ahora nos
interesa), constituyen una ayuda inapreciable para conseguir
el delicado punto de sabor que nuestros platos necesitan.
La siguiente relación de plantas, necesarias en toda cocina,
se ha hecho en base a estos dos criterios: por un lado, se trata
de plantas que ayudaran, en una u otra manera, a nuestra digestión
y, en definitiva, a nuestra salud; por otro, todas ellas son bien
conocidas por sus exquisitos sabores y forman parte de nuestra
mas vieja tradición culinaria.
- Ajo:
Parte de la planta que se emplea: tallos tiernos y bulbos o "cabezas de ajo".
Esta maravilla de la naturaleza purifica el intestino, baja la presión arterial, previene el reumatismo, facilita la digestión, etc.
Su sabor es combinable con todos los alimentos.
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Manzanilla:
Parte de la planta que se emplea: las
flores.
No espere a tener un cólico para comprar manzanilla... También sirve para aplacar el cansancio y los nervios.
Y, sobre todo, una infusión de manzanilla con limón, mezclada con agua muy fría, es el mejor refrescante en
verano, adecuado para niños y mayores en los viajes, la playa, el monte...
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Anis:
Parte de la planta que se emplea: los granos o semillas.
Muy conveniente para combatir los gases de estómago, los catarros intestinales, el asma, etc.
Perfuma gratamente los pasteles y bizcochos y los guisos de carnes rojas.
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Menta:
Parte de la planta que se emplea: las hojas.
Además de ayudar en las digestiones, la menta es también sedante y muy buena para el hígado y la vesícula.
No sólo se toma en infusión: se puede añadir unas hojas en un refresco, en el gazpacho o la sopa, y también en las salsas de carnes: cambiarán para mejor.
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Apio:
Parte de la planta que se emplea: tallos y hojas.
Aproveche sus cualidades diuréticas tomándolo crudo en ensalada cuando es temporada.
Da un peculiar sabor a los cocidos de verduras y legumbres. Seque unas ramas y guárdelas, desmenuzadas, en un bote de cristal para que no le falte fuera de época.
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Oregano:
Parte de la planta que se emplea: flores secas.
El orégano, compañero inseparable de las pastas y salsas de carne picada, es un excelente digestivo y buen sedante, además de que suaviza los catarros y el asma.
Los asados de pescado pueden ser favorecidos por una pequeña cantidad de orégano. La carne lo soporta en mayor dosis.
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Comino:
Parte de la planta que se emplea: semillas.
Sucedáneo del anís por su parecido sabor, tiene propiedades similares. Debe añadirse a las cocciones de alimentos que producen gases (algunas legumbres y verduras, carnes fuertes, etc.).
Muy recomendado para los trastornos menstruales de la mujer y para las madres en época de lactancia.
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Perejil:
Parte de la planta que se emplea: hojas y tallos.
Suave diurético y estimulante, su uso es tan general que le recomendamos hacerse con unas semillas y plantarlo en una maceta: así siempre lo tendrá a mano, en el mejor estado de conservación .No hay nada con lo que no combine, pero recomendamos su uso en las salsas de pescado, que no admiten cualquier sabor.
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Espliego:
Parte de la planta que se emplea: hojas y tallos secos.
Esa hierba aromática, tan común en nuestros montes, tiene un gran poder desinfectante y tonifica los nervios.
Puede acompañar, por ejemplo, a las salsas que se sirven con la carne asada, y especialmente a la caza.
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Romero:
Parte de la planta que se emplea: hojas y tallos finos.
También el romero fortalece el estómago y el hígado, además de estar considerado como un buen desinfectante.
Su sabor intenso le hace preferir la compañía de carnes fuertes o pescados azules y asados.
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Laurel:
Parte de la planta que se emplea: las hojas.
Otro de los posibles aromas para una salsa es el de el familiar y eterno laurel, que suavizará los sabores ácidos de los guisos y los hará más digestivos y agradables.
Las hojas que habitualmente se usan están desecadas, pero también puede utilizarlas verdes, si tiene una bonita planta de laurel en casa.
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Tomillo:
Parte de la planta que se emplea: hojas y tallos finos.
Otra de las hierbas que encontraremos fácilmente en nuestro paisaje, es de gran ayuda en los catarros, desinfectando nuestras vías respiratorias y digestivas.
Tiene parecido uso que el romero.